Claudia Sheinbaum culmina su primer mes al frente de la presidencia de México con una notable aprobación ciudadana que alcanza el 77%, según encuestas recientes. Este respaldo inicial se debe, en gran medida, a la implementación de políticas de justicia social y la continuidad de programas que buscan mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables. La presidenta ha destacado en temas de igualdad de género y ha reiterado su compromiso con el fortalecimiento de los derechos de las mujeres, lo cual ha consolidado su apoyo entre simpatizantes y la ha posicionado positivamente en la opinión pública.
A pesar de estos logros, la seguridad pública sigue siendo uno de los principales desafíos de su administración. México registró en octubre un promedio de 74 homicidios diarios, lo cual refleja la persistencia de problemas de violencia en estados como Guanajuato, Chiapas y Guerrero. Sheinbaum ha respondido con una estrategia de seguridad basada en cuatro pilares: consolidar la Guardia Nacional, reforzar la inteligencia y la investigación, mejorar la coordinación con autoridades estatales, y abordar las causas profundas de la violencia. No obstante, algunos expertos consideran que este enfoque continúa las políticas de gobiernos anteriores, lo que podría limitar su efectividad para reducir significativamente la violencia en el corto plazo.
Además, la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial ha enfrentado tensiones desde el inicio de su mandato. La reciente reforma judicial ha generado controversia, y la postura de Sheinbaum, caracterizada por una crítica abierta hacia jueces y magistrados, ha sido interpretada como una «crisis institucional» por varios analistas. Ocho ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación anunciaron su renuncia en medio de este contexto, lo que refleja la profundidad de este conflicto y plantea importantes interrogantes sobre la estabilidad institucional del país.
En paralelo, Sheinbaum ha impulsado otras iniciativas legislativas y administrativas que fortalecen su conexión con las bases de la Cuarta Transformación. Según sus declaraciones, cerca de 20 de los 100 compromisos anunciados al inicio de su gestión ya están en proceso o en vías de cumplimiento. Aunque los desafíos en seguridad y gobernabilidad serán determinantes, estos avances iniciales le permiten, de momento, mantener una relación sólida con su base de apoyo y afianzar la legitimidad de su administración en sus primeras semanas.