Hoy, 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum hizo historia al convertirse en la primera mujer presidenta de México. La ceremonia de toma de protesta, llena de energía y simbolismo, se celebra en el Congreso de la Unión, donde la atmósfera es de entusiasmo y expectación.
Desde temprano, una multitud de seguidores de Sheinbaum se agolpó en las inmediaciones, animando con gritos de «¡Presidenta, presidenta!» mientras esperaban su llegada. El expresidente Andrés Manuel López Obrador, que le entregaría la banda presidencial, fue recibido con vítores y cariño por sus simpatizantes.
Claudia llegó a San Lázaro tras un recorrido marcado por la atención mediática y el saludo a sus seguidores desde la ventana de su coche. Una vez dentro, fue recibida con aplausos por sus compañeros legisladores, quienes la acompañaron al pleno con alegría.
La ceremonia alcanzó su punto culminante cuando Ifigenia Martínez, figura emblemática de la izquierda, le entregó la banda presidencial. Este acto simbólico selló el inicio de una nueva era en la política mexicana.
En su discurso inaugural, Sheinbaum destacó el significado histórico de su elección, subrayando que «por primera vez, las mujeres llegamos a la presidencia» y enfatizando la importancia de la igualdad de género. También elogió a López Obrador, afirmando: «Ha sido un honor luchar con usted, hasta siempre hermano, amigo».
Pero no solo se quedó en la nostalgia; Claudia abordó temas cruciales para el futuro del país. Garantizó la independencia del Banco de México y la seguridad de las inversiones, tanto nacionales como extranjeras. “Tengan la certeza que las inversiones estarán seguras en nuestro país”, afirmó, dejando claro que no se aumentarán los precios del diésel ni de la gasolina.
La presidenta también defendió la reciente reforma judicial, que promete más autonomía e independencia en el Poder Judicial, y aseguró que «sus derechos y salarios están totalmente salvaguardados». Además, anticipó reformas en la Constitución que incluirán pensiones universales y becas del bienestar.
Con un enfoque claro en la cooperación internacional, Sheinbaum mencionó la importancia de mantener relaciones sólidas con Estados Unidos y Canadá, y destacó la necesidad de fortalecer los lazos con América Latina y el Caribe.
En cuanto a seguridad, se comprometió a no regresar a la «irresponsable guerra contra el narco de Calderón» y propuso una estrategia centrada en la atención a las causas y la coordinación con autoridades locales. «La seguridad y la paz son fruto de la justicia», sostuvo, mientras se preparaba para visitar Acapulco para ayudar a los afectados por el huracán John.
Claudia, con su background científico, enfatizó la importancia de la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables, prometiendo que «no permitiremos la siembra de maíz transgénico» y que México se convertirá en una potencia científica.
Por último, hizo un llamado poderoso: “Hoy sabemos que las mujeres participaron en diferentes momentos de la historia de México. Las mujeres podemos ser presidentas y hago una respetuosa invitación a que digamos presidenta con ‘A’, porque solo lo que se nombra existe”.
Con una atmósfera de esperanza y un mensaje de unidad, Claudia Sheinbaum se prepara para liderar un país lleno de retos, prometiendo una administración inclusiva y enfocada en el bienestar de todos los mexicanos. La jornada culminará con un evento masivo en el Zócalo, donde sus seguidores celebrarán este hito histórico.