Con la llegada del último día de campaña para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump intensifican sus esfuerzos en estados clave. Harris ha concentrado su actividad en Pensilvania, uno de los estados con mayor peso en el Colegio Electoral, visitando localidades como Allentown, Pittsburgh y Filadelfia junto a celebridades como Lady Gaga y Oprah Winfrey. Su estrategia se enfoca en movilizar a la base demócrata, incluyendo el voto latino, y en reforzar temas de infraestructura y desarrollo económico en territorios como Puerto Rico.
Por su parte, Donald Trump ha optado por una gira intensiva en estados disputados como Carolina del Norte, Míchigan y Pensilvania. En sus discursos, ha enfatizado su propuesta de imponer aranceles a México para controlar la migración y ha criticado la postura de la administración actual. Su compañero de fórmula, J.D. Vance, también ha estado activo en Wisconsin, Georgia y Pensilvania, buscando asegurar los votos republicanos en el medio oeste.
La contienda es reñida, con encuestas recientes que muestran un empate virtual en estados clave como Arizona, Georgia, Nevada y Wisconsin. Estos resultados mantienen la incertidumbre sobre el desenlace de la elección, ya que ambos candidatos necesitan asegurar un número crítico de votos electorales en estas zonas.
Además, en eventos recientes, Donald Trump Jr. ha instado a los seguidores republicanos a vigilar posibles irregularidades durante el proceso de votación, alentando a la participación activa y a denunciar supuestos fraudes. Este mensaje de desconfianza en el sistema electoral refuerza el discurso que la campaña ha promovido en meses recientes.
Con más de 75 millones de votos anticipados ya emitidos, el desenlace de esta elección dependerá en gran medida de la participación el día de la elección y del comportamiento de los votantes en los estados bisagra.
