El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó este domingo su solidaridad con las víctimas de las devastadoras inundaciones en Valencia y reconoció el «sufrimiento» de los damnificados, pero condenó «cualquier forma de violencia». En su visita junto al rey Felipe VI a las áreas afectadas, ambos líderes enfrentaron protestas de los residentes, quienes expresaron su indignación arrojando barro y objetos.
Sánchez resaltó la comprensión y apoyo del gobierno hacia quienes han perdido tanto en el temporal, enfatizando su rechazo a los disturbios. Mientras tanto, el rey Felipe pidió sensibilidad ante «el enojo y la frustración» de la gente, argumentando que «hay que entender la rabia» tras el desastre. En un video difundido por la Casa Real en la red social X, el monarca subrayó que la respuesta emocional es comprensible tras cinco días de caos en la región.
El viaje de Sánchez, Felipe VI, y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, al municipio de Paiporta, uno de los más afectados, fue abruptamente interrumpido. En pocos minutos, una multitud de vecinos enfurecidos se acercó a los dignatarios lanzándoles barro y gritando “asesinos”, en protesta por lo que consideran una respuesta insuficiente frente a los daños sufridos.
Los escoltas intervinieron rápidamente, creando un perímetro de seguridad y protegiendo a los líderes con paraguas. Sin embargo, el altercado resultó en heridas para uno de los guardaespaldas, que recibió un golpe en la cabeza, mientras el barro alcanzó a manchar el rostro del rey y una pala fue arrojada en dirección a Sánchez, quien fue retirado de la escena por motivos de seguridad.